Para dejar de sentir tanto enojo y ganas de venganza contra tu enemigo, bastaría que lo veas con compasión y trates de unirte a él sin juicio. Entonces sucede algo maravilloso, lo dejas de juzgar y el dolor que te causó desaparece. O también tienes la otra opción, seguir justificando tu enojo y dolor debido a lo que te hizo y no soltarlo. Te aseguro que con la segunda opción el que más sufre eres tu. Es tu vida, es tu responsabilidad tu decisión y las consecuencias que ello traiga para ti mismo. Hoy tienes la opción de hacerlo de forma distinta y perdonar. Alfonso GuerreroTiempo de Despertar