Día a día nos ponemos en situaciones, físicas, emocionales o mentales, para saber si queremos seguir experimentando lo mismo una y otra vez.
Cuando aceptamos el gusto, e incluso la fascinación, por estas cosas que en el mundo existen, lo único que hacemos es crear lazos de apego con estas cosas, situaciones o personas. Eso ocasiona que nos aferremos a tener un cuerpo y a seguir en este viaje llamado vida física.
¿A que te estás aferrando hoy?
¿A un cuerpo?
¿Al dinero?
¿Al trabajo?
¿Al ejercicio?
¿A la comida?
¿Al sexo?
¿A tener la razón?
¿A sufrir?
¿A verte perfecto?
¿A hacerte menos?
¿A ponerte por encima de los demás?
Si gustas repite a lo largo del día y de tu vida:
"Padre, pongo mis apegos ________ (menciónalos) en tus manos. Ayúdame a vivir libre y en paz, sin conflicto y con compasión hacia mi y mis hermanos. Que así sea, así es."
"Aquel que se aferra a algo, permanecerá en un cuerpo hasta que su apetencia por ello haya desaparecido." MokshaTime
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