Dia 7 Entrenamiento

Dia 7 del entrenamiento. Bendecir a tu verdugo es como darle pan al hambriento. Lo libera en el presente del sufrimiento.

Muchas veces estamos inmersos en procesos de sufrimiento porque algo o alguien nos está haciendo mal de alguna manera. Hoy trataremos de ir más allá de la percepción en la que tu eres una víctima y tomaremos las riendas de tu vida para encauzar el rumbo hacia la dirección que tu deseas. Para ello en lugar de atacar, reclamar, tratar de imponer o defender, utilizaremos algo mucho más fuerte y contundente, el poder de tu amor en forma de bendición. Absolutamente todos fuimos dotados con un poder supremo llamado el amor. Dentro de ese amor podemos encontrar varias formas de manifestarlo, una de ellas es Bendecir. Al bendecir rompemos el ciclo de sufrimiento con nuestro verdugo; es como si bendecir fuera un cincel y tu verdugo fuera un pedazo de piedra gigante; para poder convertir esa piedra gigante en una bella escultura habrá que dar varios golpes con nuestro cincel hasta lograr romper la piedra y descubrir la hermosa escultura que en ella se escondía. Hoy la tarea será bendecir a tu verdugo y a ti mismo. Durante todo el día observa tu mente y mantente atento ante cualquier posible ataque que perciba, por mínimo que sea y repite en voz alta al percibirlo: “Bendigo el día que naciste, bendigo tu alma y bendigo todo tu ser, pues gracias a ti me acerco cada día más a reconocer todo el amor que en mi habita. Te bendigo.” Repite esa frase las veces que sea necesaria hasta que realmente sientas como esa bendición sale desde tu corazón y es dirigida a su objetivo, ahora la persona deja de ser tu verdugo, pues se ha convertido en tu hermano. 

Antes de que tu mente diga, que no puedes o que es muy difícil o cualquier clase de pretexto, inténtalo. Bendice a tu verdugo, no una, no dos, al menos diez veces y sentirás como poco a poco el sentimiento a esa persona empieza a cambiar. 

Alfonso Guerrero Tiempo de Despertar